El factor tecnológico cada vez tiene mayor presencia en los entornos organizacionales; sin embargo no opera por sí sólo; sino que depende de la mano de obra de un capital humano que cuente con las condiciones biológicas, comportamentales, cognitivas y actitudinales requeridas y que en conjunto contribuyan positivamente al sostenimiento y estabilidad de las unidades empresariales; así pues el panorama laboral demanda el cumplimiento de una serie de condiciones y estándares mínimos que garanticen ambientes laborales seguros, en los que se realice la identificación oportuna de los diferentes factores de riesgo asociados a las actividades económicas y demás aspectos internos y externos a la operación, con el fin de mitigar los daños a la salud e integridad del recurso humano y el aprovechamiento de las utilidades económicas de las organizaciones.