Al inicio del año 2020 se anuncia una pandemia producida por el COVID-19, de la cual ha jugado un papel muy importante referente a la salud y la seguridad en el trabajo. Todo esto desencadena una serie de medidas de protección a los trabajadores ya que se deben trasladar sus puestos de trabajo al lugar de sus viviendas, y en muchos casos de manera abrupta y desestructurada, trayendo consigo un cambio en la dinámica laboral y familiar, afectando de manera importante, su calidad de vida y bienestar psicosocial. Las organizaciones se vieron obligadas a mantener trabajando a sus empleados desde casa de manera prolongada, del cual se ha creado un escenario marcado en muchas ocasiones, por la sobrecarga laboral, los conflictos familiares, la incertidumbre y el miedo, entre otros; que, de no ser atendido oportunamente, puede desencadenar en situaciones de alto riesgo, que afecten de manera importante tanto al trabajador, como a su familia y a la organización.